dada en el Café Bizarro o “cómo sobrevivi a un bar en México”

A modo anecdótico, en el caso de esta noche en particular, me tocó una mesa de borrachos –no, no hablo de la mesa de mis amigos– que estaban de fiesta y decidieron festejar mi suerte de “Pink Floyd meets Zakk Wylde en ayunas” tirando un hielo hacia el escenario. [silencio abrupto en mi mente y comienza a sonar la melodía de “el padrino” interpretada por Slash en Paris `92] Les lance mi mirada de “no te hagas pegar al pedo”. Se comieron los mocos y la próxima vez que levante la cabeza, yo no estaban… -por supuesto nunca paré de tocar- “Que áspero soy” pensé. Pero no. No era mi ira la que temían esos jóvenes entusiastas del alcohol y los deportes extremos nocturnos. Terminada la función me comentaron que lo que pasó fué que dos de mis amigos tomaron alguna medida para disuadir a estos jóvenes de su inapropiado comportamiento. Dichas medidas podrían haber incluido la gentil devolución de algún objeto contundente y/o la imposición de la anatomía de uno de mis fellow colegas músicos devenidos en vengadores anónimos. Así fué que dos de mis amigos consiguieron pases gratis de por vida a mis conciertos 🙂

Ahora que escribo esto me doy cuenta que nunca publiqué el post sobre cuando presenté dada en el Calafate. Long story short: toqué mas de dos horas y me dieron plata por eso <3. Además se subió a tocar un tremendo guitarrista funky local.